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Llevando corazones rotos a Dios


Querido Padre Celestial,


Hoy traemos ante Ti los corazones que están destrozados, las almas que se sienten perdidas y las vidas ensombrecidas por el dolor y el trauma. En Tu infinito amor y misericordia, buscamos consuelo, fortaleza y curación para ellos.


“Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados” (Mateo 5:4). Señor, sé el santuario de los corazones frágiles y el faro de luz que guíe a quienes caminan por los valles de oscuridad y confusión.


Infunde sus espíritus con Tu sabiduría divina, permitiéndoles ver más allá de sus luchas actuales. Abra sus corazones para abrazar la autoaceptación, encontrar la paz con los demás y navegar la realidad de la vida con gracia y resiliencia.


Que Tu presencia sea un escudo que los proteja de la autodestrucción, llenándolos de esperanza y claridad. Guíalos, oh Señor, desde las profundidades del dolor hacia el calor de Tus brazos amorosos, donde el dolor se convierte en alegría y el dolor en propósito.


Ayúdalos a encontrar consuelo en Tu amor inagotable, a aceptar el viaje que les espera con valentía y a encontrar los caminos que conducen a la paz y la renovación en Tu presencia.


Como está escrito en el Salmo 34:18 (NVI): "El Señor está cerca de los quebrantados de corazón y salva a los abatidos de espíritu".


En el Nombre de Jesús, oramos.

Amén.

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