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Del escritorio del fundador: Encontrar luz en la oscuridad - Mi historia detrás de Pray Sydney



Querida comunidad,


Como fundador de Pray Sydney, quiero compartir un viaje profundamente personal que me llevó a crear esta plataforma. En algunos de los momentos más oscuros de mi vida, me encontré física y emocionalmente sola, lidiando con desafíos que parecían insuperables. Fue durante estos momentos de desesperación que descubrí el profundo consuelo de la presencia de Dios.


Recuerdo vívidamente haber clamado a Dios, derramando mi corazón con pura honestidad. A través de lágrimas, gritos y súplicas, encontré consuelo en la conciencia de Su presencia conmigo. En esos momentos, sentí una paz y una tranquilidad que desafiaban toda explicación: una paz que me permitió continuar con mi doloroso viaje.

A través de mis propias experiencias de vida y observando a quienes están cerca de mí, he llegado a comprender que no a todos les resulta fácil orar. Si bien he tenido la suerte de tener una capacidad natural para comunicarme con Dios a través de la oración, he visto a otros tener dificultades para encontrar las palabras adecuadas o incluso saber cómo empezar.


Para muchos, la lucha por encontrar las palabras para hablar con Dios o expresar sus sentimientos puede ser una barrera importante. Por eso creé Pray Sydney, una plataforma donde cualquiera, independientemente de sus luchas o dudas, puede encontrar consuelo y conexión con Dios.


Con Pray Sydney, puedes simplemente escribir un par de temas o sentimientos y encontrar instantáneamente una oración que te ayude a desnudar tu alma ante Dios. Se trata de abrirse a recibir Su sanación, fortaleza y apoyo, tal como lo hice yo durante mis momentos más oscuros.


La oración ha sido mi salvavidas, la razón por la que todavía estoy aquí, sigo viva y he triunfado sobre desafíos que muchos nunca deberían experimentar. Ahora estoy al otro lado de ese viaje, eufórico por ayudar a otros a alcanzar su potencial y encontrar alegría en sus vidas en lugar de simplemente sobrevivir.


Descubrí que la respuesta es permanecer cerca de Dios. A través de la oración (diaria, cada hora, en cada momento si es necesario) podemos mantener abiertas las líneas de comunicación con Él. Al confiar nuestros problemas a Su cuidado a través de la conversación, podemos experimentar Su poder transformador de primera mano.

Entonces, si te preguntas cómo permanecer cerca de Dios, mi respuesta es simple: sigue orando. Sigue hablando con Dios, derramando tu corazón ante Él. Observa cómo tu vida cambia, cómo Dios entra en tu vida, camina y habla contigo todos los días. Con oración nunca más estarás solo.


Bienvenidos a Pray Sydney, donde caminamos juntos en fe, amor y comunidad.


Con amor y bendiciones,


Ítalo Rafael Sánchez

Fundador, Pray Sydney

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