Querido Padre Celestial,
En esta temporada de transición y cambio, vengo a Ti buscando resiliencia y paz en mi corazón. Mientras navego por estas aguas de incertidumbre, sé mi guía firme y mi roca inmutable.
“Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestra ayuda siempre presente en las dificultades” (Salmo 46:1). En Tu palabra encuentro la promesa de Tu apoyo inquebrantable. Que esta seguridad sea el ancla de mi alma, dándome la fuerza para perseverar y la gracia para adaptarme a nuevas circunstancias.
Concédeme la resiliencia para resistir los desafíos que vienen con el cambio. Como un árbol con raíces profundas, ayúdame a mantenerme firme, sacando fuerzas de tu amor y fidelidad. En momentos de duda y preocupación, recuérdame tu fidelidad pasada, cómo me has guiado a través de cada tormenta y estación.
Derrama Tu paz en mi corazón, Señor. Una paz que sobrepasa todo entendimiento, calmando mis ansiedades y miedos. Ayúdame a confiar en Tu tiempo y Tu plan perfecto, sabiendo que Tú haces todas las cosas para bien.
Mientras viajo por esta transición, mantén mi corazón y mi mente fijos en Ti. Que pueda salir de esta temporada más fuerte, más compasivo y con una fe más profunda.
Como está escrito en Isaías 26:3 (NVI): "Guardarás en perfecta paz a los de mente firme, porque en ti confían".
En tu amoroso nombre, te lo ruego,
Amén.
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